LENIN, STALIN, PUTIN... ¿MÁS DE LO MISMO?

Putin se confiesa: “Soy comunista”

por Luis Dufaur

A menudo oímos, de personas que profesan ideas tradicionales o conservadoras, elogios entusiasmados al actual gobernante ruso, Vladimir Putin. Lo exaltan como acérrimo defensor de la religión, la moral, la familia, el orden tradicional, etc., y lo proponen como un ejemplo de líder político para todo Occidente. ¿Qué tiene de verdadero esta visión? El propio Vladimir Putin se encarga de respondernos, y no deja dudas al respecto.

“Me gustaban mucho y me continúan gustando las ideas socialistas y comunistas”, reafirmó el día 25 de enero el presidente ruso Vladimir Putin durante el 1º Foro Interregional del Frente del Pueblo de todas las Rusias, en Stavropol, sudoeste de la Federación Rusa, conforme notician la agencia moscovita "Interfax" [1] y la revista "Newsweek" [2].

Putin, un fraude político-publicitario a la sombra de Lenin y Stalin

Y para no dejar dudas, agregó: “Ustedes saben que, como más de 20 millones de ciudadanos soviéticos, yo fui miembro del Partido Comunista de la URSS. Y no solamente fui un miembro del partido, sino que trabajé por casi 20 años para una organización conocida como ’Comité para la Seguridad del Estado’” (nombre completo de la siniestra KGB, la policía política soviética).

Admitió que su adhesión al comunismo fue ideológica: “Como ustedes saben, no fui un miembro por necesidad”, agregó. “Me gustaban mucho las ideas comunistas y socialistas y todavía me gustan”, resaltó.

Y completó afirmando que él nunca se deshizo de su credencial de miembro del Partido Comunista de la URSS. “El Partido Comunista de la Unión Soviética colapsó, pero mi carnet está bien guardado en cierto lugar”.

Nada de esto es nuevo para los lectores del blog “Flagelo Ruso”. Hemos descrito en decenas de posts esa posición ideológica de Putin, a veces disimulada en una palabrería engañosa o en artilugios calculados para despistar.

No obstante, la noticia llega oportunamente para abrir los ojos de muchos espíritus poco perspicaces o ilusionados por la guerra de desinformación del Kremlin.

Es claro que no nos hacemos ilusiones con quienes sean genuinos simpatizantes del comunismo putinista, “compañeros de ruta” de las maniobras del líder ruso. Estos no perderán ocasión para volver a insistir en las virtudes y utilidades del líder comunista confeso.

Pensamos especialmente en los ingenuos, como ciertos eclesiásticos que creen ver en él la promesa de una restauración de los valores cristianos.

A estos, Vladimir Putin les envió un mensaje bien dosificado: “Si miramos hacia el ’Código del Constructor del Comunismo’ [conjunto de reglas morales destinado a todos los miembros del Partido Comunista] que fue ampliamente distribuido en la Unión Soviética, se parece mucho a la Biblia. No es broma, de hecho hay pasajes semejantes en la Biblia”, dijo.

En julio de 2015, el presidente socialista de bolivia Evo Morales obsequió al Papa Francisco un símbolo afín a las ideas del líder ruso

La frase recuerda aquella utilizada hace medio siglo por Fidel Castro de manera blasfema, para confesar su adhesión al comunismo y a la URSS: “Si yo soy comunista, es porque Jesucristo fue el primer comunista”.

Y no se trata de que haya repetido meros eslóganes sacados de un manual de la KGB. Al fundamentar su adhesión al comunismo, Putin expresó: “El Código [del comunista] proclama ideas muy buenas: igualdad, fraternidad, felicidad”.

En todo caso, las palabras del dictador del Kremlin lo aproximan soprendentemente a la retórica de los teólogos de la liberación.

No obstante, aclaró que su comunismo nunca habría podido ser puesto en práctica por los “socialistas utópicos”, entre los cuales según "Newsweek" incluyó a Lenin. Más bien su modelo de comunismo es el de Stalin.

Obviamente pasó por alto que el régimen estalinista se construyó sobre un genocidio: para implementarlo, Stalin hizo masacrar al menos 10 millones de kulaks (pequeños propietarios rurales), aristócratas, “burgueses” y simples campesinos con sus familias, opositores de la colectivización forzada de las tierras, según lo reconoció el mismo dictador a Churchill.

En la visión de Putin, Lenin habría impuesto el concepto de “amplia autonomía” para las repúblicas soviéticas, mientras que Stalin postulaba la concentración del poder, concepto al que el actual líder ruso dio a entender que adhiere.

¡Basta ver cómo este comunista in pectore aplastó en los últimos años a Chechenia, Georgia o Crimea, o lo que está haciendo ahora con Ucrania, sin recibir crítica alguna de sus amigos teólogos, supuestos defensores de los oprimidos y de los pobres, sino solamente abrazos y elogios en encuentros públicos, para ver cuál es su consideración por la “autonomía”!!!











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