
Esta maravillosa novena virreinal, de origen colombiano, expresa de manera extraordinariamente feliz el espíritu de la Nochebuena. Meditarla nos ayuda a contrarrestar la adulteración comercial y neopagana que hoy sufre la magna fiesta de la Cristiandad. Y atraerá sobre las familas que la recen especiales bendiciones del Niño Jesús, su Santísima Madre y San José.
Fue compuesta en el siglo XVIII como texto de preparación para la Navidad, por iniciativa de una dama bogotana de noble estirpe, Doña Clemencia de Jesús Caycedo Vélez, descendiente de un conquistador del Perú.