CONFERENCIA EN LIMA

¿Qué sucedió con la Teología de la Liberación?

El día 24 de abril Tradición y Acción reunió a adherentes y simpatizantes para una conferencia-tertulia sobre un tema de renovada actualidad, la Teología de la Liberación (TL). El orador de la noche fue don Julio Loredo de Izcue, miembro fundador de nuestra institución actualmente residente en Italia, donde preside la TFP de ese país.

El Perú es considerado la cuna de la TL, y Julio Loredo la conoce de cerca pues en su juventud fue testigo privilegiado de su gestación en Lima, en un clima de gran efervescencia ideológica. Más tarde profundizó el estudio de la TL y de sus ramificaciones en América Latina, Estados Unidos y Europa.

Investigador y periodista, él posee un amplio conocimiento del tema, ahora volcado en un libro en prensa en Italia, “Teología de la Liberación – Un salvavidas de plomo para los pobres” (Cantagalli, 2014), del cual su conferencia fue un brillante resumen y también una primicia para el público peruano.

De la Revolución Francesa al Modernismo, la prehistoria de la TL

Inicialmente Julio Loredo mostró cómo la TL hunde sus raíces en el proceso revolucionario de Occidente descrito por Plinio Corrêa de Oliveira en Revolución y Contra-Revolución; en particular con los intentos de adaptar la Iglesia al espíritu y las doctrinas igualitarias y relativistas de la Revolución Francesa, en la primera mitad del siglo XIX.

En esa época se debatía en Europa la llamada “cuestión social”, debida a la revolución industrial que había generando una nueva y degradante forma de pobreza hasta entonces desconocida, el proletariado urbano. De esta situación quisieron aprovecharse tanto liberales como socialistas. Para hacerles frente surgió el llamado “catolicismo social”, que inicialmente era conservador, pero poco a poco fue siendo desviado hacia el relativismo ideológico y también hacia un rechazo al capitalismo cada vez más afín al socialismo.

De ese desvío nacieron, en el terreno doctrinal, movimientos como el modernismo , de fondo evolucionista y panteísta, y en el terreno político la Democracia Cristiana cuyo precursor, el sacerdote Romolo Murri (suspendido a Divinis en 1907 por San Pio X y después excomulgado), ya utilizaba el marxismo como instrumento de análisis.

La Nueva Teología y la Acción Católica engendran la TL

Tras ser condenado por el mismo San Pío X en la célebre Encíclica Pascendi (1907) como “la suma y síntesis de todas las herejías”, el modernismo renacería en la década de 1930 bajo el nombre de Nueva Teología. Esta se propaga rápidamente en los ambientes de la Acción Católica (AC) hasta ser condenada por Pío XII en 1950 en la Encíclica Humani Generis.

Fue de ciertas ramas de la AC de países latinoamericanos, infectadas de modernismo, que nacerían los movimientos de “izquierda católica” en los años 50, y la Teología de la Liberación en la década siguiente. Por ejemplo, en el Perú el P. Gustavo Gutiérrez comenzó su carrera “liberacionista” como capellán de la rama estudiantil de la AC, la Unión Nacional de Estudiantes Católicos – UNEC, mientras que el P. Carlos Álvarez Calderón, cofundador de esa corriente, era capellán de la rama operaria, la Juventud Obrera Católica – JOC.

¿Qué es, al final, la Teología de la Liberación?

La teología verdadera se define como “la ciencia de Dios y de las cosas divinas”. Tiene por objeto único a Dios, y por fuente a la Revelación. La TL, al contrario, invierte su objeto: en las palabras del propio Gutiérrez, “parte de la praxis histórica del hombre”, y más precisamente “de la praxis concreta, histórica, liberadora y subversiva de los pobres”.

Pero el concepto de “pobres” tiene aquí un sentido esotérico, revolucionario: el teólogo liberacionista uruguayo Juan Luis Segundo lo explica al decir que sólo merecen ese nombre los “pobres en lucha”, o sea los que se adhieren a la lucha de clases.

Así se entiende por qué el mismo P. Gutiérrez sostiene en su libro “Teología de la Liberación – Perspectivas” (1971) que “la teología contemporánea se halla en un insoslayable y fecundo diálogo con el marxismo” , y hasta se hace eco de la afirmación del ateo Jean-Paul Sartre de que el marxismo es “insuperable” como marco formal de todo pensamiento filosófico (págs 25 y 30).

Julio Loredo recordó aquí, con justicia, que la primera denuncia mundial contra la TL fue hecha en el Perú, por Tradición y Acción, en el número 6-7 de su revista del mismo nombre, publicado en diciembre de 1973. Esta denuncia, nunca refutada, les valió a sus jóvenes redactores las amenazas persecutorias del régimen velasquista, sustentado por el clero liberacionista, y un exilio de varios años.

Rechazo popular y metamorfosis: surge un “nuevo proletariado”

Es un hecho que la TL nunca tuvo verdadera acogida popular: los supuestos “oprimidos” —la clase obrera— siempre le dieron las espaldas. A pesar de ello hoy se intenta resucitarla, convocando para ese fin una extraña conjunción de marginados “culturales” llamada nuevo proletariado, al que se pretende convertir en masa de maniobra de esa nueva embestida revolucionaria.

Para motivar ideológicamente esa masa surgen en nuestro siglo XXI novedosas y extravagantes “teologías” (indigenista, negra, eco-feminista, ambientalista, de “género”, de las “trabajadoras sexuales”, etc.), que pretenden impulsar la rebelión contra las “estructuras opresoras” morales, religiosas, sociales, culturales, etc. De ahí, concluyó el expositor, la imperiosa necesidad de alertar a los católicos sobre el renacimiento de esos errores.

El tiempo para preguntas al final de la sesión se reveló insuficiente, por lo cual se programó una nueva reunión especial con jóvenes, realizada algunos días después, en la cual el ilustre disertante pudo responder cabalmente todas las cuestiones que le fueron presentadas.











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Mensajes

  • Magnífica conferencia, bien que se difunda ya que se han expuesto datos históricos que personalmente no conocía sobre la actuación de los "teólogos de la liberación".
    Creo que la TL, así como el marxismo, experimentan una situación de perdida de vigencia ante la caída del "socialismo real" en la Unión Soviética y tal parece, que los ideólogos de la TL, cayendo por la cuesta buscan sostenerse de cualquier rama (nuevas teologías).
    En verdad, resulta necesario que se difunda todas las consecuencias de la actuación práctica de la TL en el Perú para que los jóvenes no sean engañados y seducidos por una reedición de esa teología "insuperable".
    Dios los bendiga.

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