DESPÚES DE 100 AÑOS DE SACRÍLEGO ATENTADO

María Inmaculada vuelve a erguirse sobre Praga

Foto: Lukas Vana.

Una buena noticia: Con donaciones privadas, una estatua de María Inmaculada fue rehecha y recolocada en la antigua plaza de Praga —capital de la región de Bohemia y la república Checa—, cien años después de haber sido destrozada sacrílegamente por una turba de protestantes, republicanos y anarquistas. Por fin se hizo justicia a la majestad ofendida.

Originalmente inaugurado en 1650, el monumento constituyó un agradecimiento a la Madre de Dios, a cuya intercesión se había implorado el fin del cerco que el rey sueco, protestante, infligió a Praga. El hecho marcó el final de la Guerra de los Treinta Años, iniciada con la llamada Revuelta Protestante de Bohemia.

Ciudadanos praguenses impiden a las tropas suecas invadir la ciudad, en el último lance de la Guerra de los Treinta Años (Foto: Petri Krohn).

Durante siglos, los protestantes han tratado que la población vea con antipatía al Catolicismo, ligándolo con la dominación austriaca. Al mismo tiempo, posicionan al protestantismo como parte de la identidad bohemia, pues aquella región fue cuna del heresiarca Juan Hus, quien llegó a tener gran número de adeptos en aquellos tiempos, siendo precursor del apóstata alemán Martín Lutero con anticipación de un siglo. Para efectos de su propaganda nacionalista, soslayan que la mayoría de las herejías husitas eran tomadas del inglés Juan Wiclef.

En 1915, al cumplirse 500 años del ajusticiamiento de Hus, se erigió un conjunto escultórico en su memoria, en el centro de la misma plaza principal. Fue una manera simbólica de disputar la primacía de la Santísima Virgen sobre la ciudad. Vano orgullo, pues, en la realidad, la Emperatriz de Todo lo Creado nunca podrá ser destronada.

Y fue en 1918 que, dentro de los tumultos que rodearon a la disolución del Imperio Austro-Húngaro, una sacrílega turba "patriota", indignada con la preminencia de la imagen de la Reina del Cielo en la plaza, logró derribar la imagen con ayuda de algunos bomberos, la decapitó violentamente y terminó de romperla, en supuesto triunfo sobre la monarquía austriaca y el Catolicismo. Vanos fueron los esfuerzos de los pobladores para evitarlo.

Izquierda: La columna de la imagen fue derribada y la imagen destrozada (Foto: Archivo Dana Hrubého). Derecha: Franta Sauer, el artista anarquista que comandó el sacrilegio.

Se dice que el líder de aquella turba, el artista anarquista Franta Sauer, se arrepintió en su lecho de muerte y pidió el auxilio de un sacerdote.

El deseo de desagraviar públicamente la honra de Maria Santísima tuvo que vencer casi 30 años de obstáculos, desde que se fundó la Sociedad para la Restauración de la Columna Mariana en 1990, cuando Checoslovaquia salía de las garras del comunismo. Lamentablemente, la República Checa es uno de los países con mayor proporción de ateos y agnósticos —fruto tal vez de décadas de tiranía roja—, de manera que la liberación del país no facilitó las gestiones. Funcionarios y lobbies ateos se opusieron, lo mismo que líderes protestantes y antiaustriacos. Por ejemplo, el escritor Lenka Procházková lo consideró "absurdo", pues para él "la columna mariana fue un símbolo de la humillación del pueblo checo", y lo comparó con reconstruir el monumento a Stalin (!). El paralelo no podría ser más ofensivo.

Por fin, en junio de 2020, María fue reivindicada al colocarse una réplica de la imagen destrozada sobre una columna de 15 metros de altura en la Plaza de la Ciudad Vieja, para alegría de sus devotos y mayor gloria de Dios.

La nueva imagen reina sobre la Plaza de la Ciudad Antigua (Foto: Mojmir Churavy).










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