Cada vez va quedando más claro que la verdad y la izquierda no se llevan bien —o si se prefiere, que la izquierda y el engaño se llevan demasiado bien.
Una muestra reciente de ello la ofrece el reciente titular de primera plana de un diario izquierdista limeño, que apunta a uno de sus blancos favoritos, el Cardenal Arzobispo de Lima, a propósito de la justa sanción que éste impuso al P. Gastón Garatea.