En la vida de la Iglesia, la piedad es el asunto clave. Piedad bien entendida, que no sea la repetición rutinaria y estéril de fórmulas y actos de culto, sino la verdadera piedad, que es un don bajado del Cielo, capaz de, por la correspondencia del hombre, regenerar y llevar a Dios las almas, las familias, los pueblos y las civilizaciones.
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Virgen María
Artículos
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La santa intransigencia, un aspecto de la Inmaculada Concepción
8 de diciembre de 2012, por tfpperu -
Guadalupe: más descubrimientos milagrosos, asombro de la ciencia, esperanza del "Reino de María"
12 de diciembre de 2012, por tfpperuLo esencial de la historia del milagro es bien conocido. El 9 de diciembre de 1531 la Virgen aparece sobre la colina Tepeyac, a unos 7 kilómetros de la capital azteca, al indígena converso Juan Diego, para pedirle que transmita al Obispo fray Juan de Zumárraga su deseo de que se sea levantada en el lugar una capilla en su honor. El prelado recibe amablemente al vidente, pero le pide una prueba de la veracidad de la aparición. Al día siguiente, en un diálogo encantador, Juan Diego transmite el encargo a la celestial Señora y el día 12 ésta le ordena recoger flores en el cerro y llevárselas al Obispo.
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Juan Diego ante la Virgen de Guadalupe: donde existe virtud, florece la nobleza de sentimientos y la cortesía
12 de diciembre de 2014, por elnaveganteHoy es la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe. En el libro de Edesia Aducci, “María y sus títulos gloriosos” , puede leerse el siguiente diálogo entre Nuestra Señora y el vidente Juan Diego:
“En la primera aparición, Nuestra Señora, hablando en el idioma mexicano, se dirige a Juan Diego: “Hijo mío, a quien amo tiernamente, como a un hijo pequeñito y delicado, ¿a dónde vas? Respuesta de él: “Voy, noble Señora mía, a la ciudad, al barrio de Tlaltelolco, a oír la Santa Misa que nos celebra el ministro de Dios y súbdito suyo” . -
Imágenes de la Santísima Virgen milagrosamente salvadas de las tempestades en los EE. UU.
2 de noviembre de 2012, por tfpperuLas tempestades que asolaron este año la costa este de los EE.UU. causaron ingentes daños materiales y también numerosas pérdidas de vidas.
No obstante, la inmensa capacidad destructiva de esos fenómenos naturales nada fue, frente a otro poder incomparablemente mayor: el de la Santísima Virgen.
Es lo que sostienen los habitantes de la ciudad de Dover, en el estado de Nueva Jersey, alcanzada por una inesperada tempestad en la noche de nueve al diez de junio de este año.