Contemplemos una institución que es fruto de la civilización cristiana: la Guardia Suiza Pontificia, en palabras de Benedicto XVI.
Hay momentos en la historia de un pueblo en que, en un solo lance, se juega todo su destino. De las decisiones que tome ahora dependerán el futuro de la Patria y el destino de las almas. Esa hora ha sonado para el Perú.
Compartimos con nuestros lectores las palabras de admiración con que el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira comentó la magnífica fachada de la Catedral de Orvieto.
Con gran aspaviento una misión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estuvo en China para investigar los orígenes de la pandemia de COVID-19. Sin embargo,
el propio jefe de la misión, Peter Ben Embarek, expresó su “frustración” por la falta de acceso a la la información solicitada, incluyendo estadísticas incomprensibles. Al final, el propio Secretario General de la OMS se vio obligado a declarar que “todas las hipótesis permanecen abiertas, se requieren más análisis y estudios”.
Culminando nuestra serie, veremos dos intervenciones de la Providencia que detuvieron las epidemias, y nos aplicaremos a sacar conclusiones.
En esta era de laicismo, en que la vida política está separada de la vida religiosa, es encomiable que un presidente de los Estados Unidos se presente como un católico practicante y participe públicamente en los sacramentos de la Iglesia. Sin embargo, el catolicismo del presidente Biden es sui generis. Ha decidido convertir a los Estados Unidos en la potencia mundial que lidere el rechazo a la moral cristiana. Ante esto, se suscitan las preguntas: ¿Es realmente católico? ¿Se le debe seguir administrando la sagrada Comunión?
Presentamos la segunda parte de nuestra serie “impedir el culto no es el modo de combatir una pandemia”, pasando revista a diversas manifestaciones históricas en que la Divina Providencia detuvo epidemias, mostrando la importancia central de pedir la ayuda del Cielo y cumplir la voluntad de Dios. Introduciremos también el tema de los pecados de los pueblos, que desarrollaremos más en la tercera parte.
Nos dice J. B. Weiss en su Historia Universal que "con razón a Carlos se le llamó Magno. Mereció ese nombre como general y conquistador, como ordenador y legislador de su inmenso imperio y como incentivador de toda la vida espiritual del Occidente. (...) Es el modelo de los emperadores católicos, el prototipo del caballero y la figura central de la gran mayoría de canciones de gesta medievales".
El mundo moderno, que se manifestaba poderoso y duradero, yace humillado de rodillas ante un pequeño ente microscópico. Dentro de las medidas para enfrentarlo, el Ejecutivo peruano, volvió a decidir el cierre de los templos en más de la mitad del territorio nacional, y en el resto se restringió el aforo al 20%. La inanición espiritual de los católicos se agrava. Para resaltar la importancia de los factores espirituales y sobrenaturales en las circunstancias actuales, presentamos una colección de casos en que la intervención divina acabó con las epidemias, como resultado de las oraciones y actos de virtud de los católicos.
Estamos ante un nuevo caso instrumentalizado en pro de la agenda revolucionaria “progresista”. La propaganda se dirige a nuestros sentimientos, para hacernos aceptar un supuesto "derecho" a decidir morir y ser ayudado en ello. Sin embargo, como reafirmó S. S. Juan Pablo II, "la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana", y "conlleva, según las circunstancias, la malicia propia del suicidio o del homicidio" (Evangelium Vitae).
Con su inspirada pluma, nuestro maestro el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira escribió estas reflexiones navideñas en 1963. En ellas, luego de una hermosa introducción sobre el amor mutuo entre el Niño Dios y la Virgen Madre, medita el cántico de los ángeles: ¿Importa más la paz en la tierra que la gloria de Dios? ¿Debemos descartar a Jesús cuando nos parezca un obstáculo para alcanzarla? ¿Debemos dejar de luchar contra el mal para ser pacíficos? En suma, ¿son auténticas la paz y la buena voluntad que no se basan en el amor a Dios?
¿Otra Reforma Agraria? ¡No, gracias! En nombre del pueblo peruano, ¡no, no y no! La reforma agraria socialista del dictador Juan Velasco Alvarado, en 1969, fue un desastre de dimensiones apocalípticas, y los que "pagaron el pato" fueron justamente las clases populares. Esto no es una opinión. Es la evidencia de los números.